Ya había pasado unas cuantas horas y Alice y la chica nueva habían hablado de muchas cosas y ya eran grandes amigas. Sheila parecía una chica de poca sociedad, entonces porque la señora trataba tan bien, y a Alice tan mal, tal vez tramaba algo, pero… como lo averiguaría, bueno… ya se le ocurriría algo.
─ Sheila ¿Qué tal tu nuevo día?—Pregunto Alice.
─ Genial aunque la señora Anne me parece un poco amargada. —La chica rió levemente—
─ Y… Sheila ¿tienes novio? —pregunto la chica tímidamente.
─ Pues… ¡No!, y ahora mismo no quiero. ¿Y tú, tienes novio?
─ No, pero me gusta un chico, concretamente el verdulero del pueblo.
─ Y… ¿es guapo?
─ Bueno…, mucho —Las chicas rieron—
─ Pero dejemos ya de cotillear por favor y pongámonos a trabajar, si la señora nos ve así se enfadara.
Entonces las chicas continuaron con sus labores.
Mientras en el bosque donde vivía Jazmín, la chica empezaba a hablar con su padrastro.
─ ¡Papa! Veo que te encuentras mejor.
─ Si Jazmín, gracias a tus cuidados.
─ ¿Qué dices? No me lo agradezcas papa, no me gusta que estés mal.
─ Tienes razón, Ariteius Cryza no puede estar mal, porque tiene que volver como director a Móstod.
─ Papa ahora solo dedícate a recuperarte y deja de pensar en trabajar por una vez.
Jazmín no se sentía bien por discutir con su padre y se fue a la ciudad.
Alice y Sheila estaban aún trabajando y apenas tenían tiempo para hablar. Pasaron horas y horas y al fin habían terminado, por fin ya estaban en su habitación.
─ Que día más agotador. —La chica soltó un puff.
─ Y que lo digas. —Afirmo Sheila.
─ No olvides que mañana te presento a Rosalie, es mi mejor amiga desde la infancia, y además es muy simpática seguro que te gustara.
─ Estaré encantada de conocerla. Hasta mañana, que descanses.
Las chicas después de unos minutos se quedaron dormidas, y empezaron a soñar con los ángeles.
Había sido una larga noche pero Alice se despertó de muy buen humor.
─ ¿Cómo estas hoy Sheila? —Pregunto Alice sonriente.
─ Muy bien Alice, pero como veo, tu de muy buen humor.
─ Estoy feliz e impaciente porque conozcas a Rosalie.
Entonces en ese momento alguien tocaba en la puerta de la habitación.
─ Esa debe de ser Rosalie. —Dijo Alice entusiasmada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario